Simpático tomatito

Temas de mi ciudad

Ya se ha escrito en esta misma sección sobre la enorme satisfacción que brindan los resultados de la cosecha propia, es decir, aquella que es el resultado de aquél cultivo que supimos gestar y cuidar durante mucho tiempo.

Tal es el caso de este pequeño tomatito nacido en una huerta de una familia de la ciudad que, como puede verse, no es mucho más grande que la punta de un dedo índice.

Por qué creció así, con tan poca estatura, vaya uno a saber. Su dueña dice no saberlo y se limitó a explicar que la naturaleza, como sabia que es, le da la forma, el color y el sabor que considera oportuno para cada ocasión. “El sabor de lo natural hace que se saboree como si fuese de gran tamaño”, afirmó. Sabias palabras, casi tan sabias como todos los actos de la propia naturaleza.