“Quiero toda la atención”

Temas de mi ciudad

El michu se subió arriba de la falda de su amo y le exigió cariño con una mirada penetrante acompañada de un ronroneo persistente, de esos que no están dispuestos a detenerse hasta no recibir las caricias reclamadas.

Por supuesto, no quedó otra que abandonar por unos largos minutos el libro que se estaba leyendo para ceder a los requerimientos del bello felino. Porque así son ellos, tan hermosos como sumamente demandantes y todo quien ame a este tipo de seres caerá rendido a sus peticiones por más molestas que parezcan en un principio.

Luego, desaparecerán por ahí hasta volver a exigir ya sea alimento, agua o nuevamente mimos. Y, por más que no se quiera, habrá que darles todo lo que ellos pidan. Está claro, ¿no?