Quien desea verdad y justicia no puede votar a Milei-Villarruel

Para cualquier habitante de la República Argentina ya debería estar claro por qué decimos que Victoria Villarruel reivindica el terrorismo de Estado, y cómo Javier Milei la acompaña, desconociendo el genocidio; ella ha declarado una y otra vez que los crímenes contra la humanidad de Videla, Massera, Camps, Menéndez y Astiz son simples “abusos”, y Milei explicitó en un debate presidencial que se trataron de meros “excesos” dentro de una “guerra”. La fórmula presidencial de LLA no niega su negacionismo…

Por si alguien todavía dudaba, en los últimos días Jorge “Tigre” Acosta, uno de los más feroces asesinos genocidas, torturador y violador condenado por los crímenes cometidos en la ESMA, manifestó su esperanza por un triunfo de Milei-Villarruel. Y funcionarios de la gestión “Cambiemos”, esa que reinstaló el negacionismo del genocidio y el consecuente bastardeo de la lucha por Verdad y Justicia, desde Mauricio Macri hasta Claudio Avruj (pseudo-secretario de DDHH de la Nación entre 2015 y 2019), están militando su apoyo a los autodenominados libertarios…

Por eso expresamos que un ciudadano o una ciudadana, independientemente de su edad (pero sobremanera en el caso de aquellos y aquellas que han tenido más años para informarse acerca de lo ocurrido entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983), si realmente desea avanzar en la búsqueda de Verdad y Justicia, no puede votar a Javier Milei y Victoria Villarruel. Tras cuarenta años de la elección que abrió el camino para el retorno de la democracia de la mano del Presidente Raúl Alfonsín, el ejercicio del “deber de Memoria” (tal como lo demandara Primo Levi, sobreviviente de la Shoá) nos marca límites infranqueables, por más que otros aspectos de la actualidad y ciertas antipatías consolidadas puedan oscurecer y confundir los fundamentos últimos en los que cada elector/a base su decisión.

Si nos apartamos de un cimiento como el “Nunca Más”, no hay sistema democrático que resista en pie, y si permitimos su derrumbe, entre las cenizas de lo conquistado con tanto esfuerzo descubriremos, demasiado tarde, lo valioso que era aquello que no supimos apreciar…