Una referencia en un rubro muy requerido
GP Mecánica y 25 años de brindar un servicio imprescindible para T. Lauquen y la región
La Opinión dialogó con Gerardo Pérez quien, junto a su hijo Matías, están al frente de esta reconocida firma local.
Mañana, domingo 1° de octubre, GP Mecánica cumplirá 25 años desde aquél lejano 1998 cuando Gerardo Pérez, junto a su compañera Marta Coria, decidió instalar este taller en Trenque Lauquen y darle forma a un proyecto que fue creciendo con los años hasta convertirse en una firma reconocida en toda la zona por clientes que requieren y eligen su servicio.
Con motivo de estas bodas de plata, La Opinión dialogó con este reconocido mecánico local quien, junto a su hijo Matías, está al frente de este taller que nunca descansa en su trabajo a pesar de los agudos altibajos económicos del país.
Él recordó la historia del taller, los difíciles primeros tiempos y cómo, de a poco, su servicio fue ganando adeptos en la región. “Yo puse el taller junto con mi señora, Marta, hace 25 años”, recordó, añadiendo que su último trabajo había sido en una agencia y, desde que se recibió en la Escuela Técnica, pasó por varios talleres en los cuales aprendió mucho del oficio.
Desde chico
Gerardo Pérez afirma que nunca debió preguntarse “qué voy a hacer cuando sea grande” porque siempre lo tuvo claro. “Los fierros me gustaron desde chico. No viene de familia porque mis viejos no tuvieron nada que ver con la mecánica, pero de chiquito a mí siempre me gustó todo lo relacionado a lo mecánico. Después de la Escuela Técnica me fui a estudiar a Buenos Aires Mecánico Aeronáutico que por cuestiones de la vida no ejercí, pero aprendí mucho”, resalta.
El entrevistado recuerda que los primeros años de su taller “fueron horribles”. “A mí me dio una mano muy grande mi cuñado y mi hermana para levantar el taller porque yo pude, con una plata que tenía y vendiendo un auto, comprar el terreno y nada más. Después levantamos el taller sin revocar y sin terminar, y comenzamos a trabajar. Yo estaba casado hace poquitos años, así que fue levantar la cabeza y meterle. Pero ese momento del país era desastroso, la crisis era total. Me acuerdo que cuando abrimos yo pedí autos prestados para meter en el taller para que se viera con movimiento”, rememoró con una sonrisa.
Crecimiento
No obstante este comienzo, el negocio no iba a tardar en repuntar: “De a poco el trabajo fue entrando, se fueron haciendo clientes y amigos, se agrandó la familia que siempre dio una mano. En el taller son muchas horas de meterle trabajo y, si la familia está a la par, muchísimo mejor, todo se allana y todo se acomoda. En este momento trabajo con Matías, mi hijo mayor, también trabajó mi otro hijo Pedro durante alguna etapa, pero ahora se fue a estudiar a Buenos Aires. También tengo otro hijo más que está estudiando medicina y mi hija más grande que se dedica a la hotelería. Matías se vino para el taller y está hace unos años batallándola a la par mío”, contó el entrevistado.
Respecto del movimiento actual, Pérez afirmó que, más allá de la crisis, el movimiento continúa. “En Trenque Lauquen no se ha frenado y se sigue moviendo. En líneas generales, viene un feriado largo o vacaciones y acá no queda nadie, y todos quieren tener el auto listo para viajar, y ahí es cuando nosotros más trabajamos”, afirma.
El futuro
Por último, y con respecto a cómo avizora los próximos años, Pérez expresó: “Me imagino jubilado, seguramente el taller seguirá con mi hijo Matías. Gracias a Dios hemos podido hacer crecer una familia y darles todas las herramientas que tienen que tener para ir para adelante. Obviamente, agradezco a la gente de Trenque Lauquen y la zona, a los colegas y proveedores porque esto no funciona si no consultás con alguien, si no pedís ayuda y si no aprendés con alguien. Y lo más lindo es dejar el legado en alguien que gracias a uno descubrió este oficio y le dieron ganas de trabajar. Yo he tenido muchos empleados a lo largo de estos 25 años que hoy están trabajando y disfrutando de la mecánica. Esa es la tranquilidad que me queda, de haber pasado 25 años buenos y los que vendrán son de regalo”.