Esta historia no tiene última página

Mariela Nazar-Directora de La Opinión

Hace 50 años nacía Editorial Trenque Lauquen y mi padre, Juan Ramón Nazar, asumía la dirección de La Opinión. Con el tiempo tomaría la posta mi hermano Roberto, un jovencísimo emprendedor lleno de proyectos. Cuando falleció, me tocó recoger el “testigo” para continuar la carrera. Inmensa responsabilidad.

Puse a disposición del diario, de la imprenta y de la gente, mi tiempo, mi cabeza, mi corazón. Traté, día a día, de seguir la huella trazada, la entrega y el ejemplo legados. Transité, como todos, los cuantiosos cambios que trajeron estos años. Hubo aciertos, hubo errores. Lo sé y me asiste el convencimiento de que siempre se buscó lo mejor. Como medio buscamos acompañar a Trenque Lauquen y a las comunidades cercanas en sus alegrías, logros y dificultades.

En lo personal es el fin de una etapa y los vericuetos de la memoria se llenan de rostros y de nombres. Los de todos y los de cada uno que ponía lo suyo para que La Opinión llegase a tantos hogares:  gráficos, administrativos, periodistas, canillitas…Los lectores de comunicación frecuente que nos esperan cada mañana, los publicistas y los anunciantes. Los que nos traían su aporte y los que nos ofrecían su crítica, honesta o aviesa. Y ese tiempo, el que me tocó vivir, fue un tiempo fatigante pero precioso, apasionante.

En pocos días la conducción de La Opinión pasa a otras manos que  lo sabrán llevar adelante con capacidad y responsabilidad, con otros senderos por recorrer y muchas emociones por estrenar.

Pero el pasado quedó lejos y el tiempo nuevo es hoy. No negaré alguna lágrima embozada, un montonazo de recuerdos, algo de nostalgia…

En nombre de toda esta familia de diarieros, a todos, gracias.