El homenaje a los campeones de 1973

En cancha de Barrio Alegre

Fue un momento emotivo disfrutado por toda la comunidad “celeste”.

En la tarde del sábado el campo de juego del club Barrio Alegre fue escenario de un sentido y merecido homenaje a los Campeones de 1973.

Allí estuvo el plantel que le dio la primera alegría futbolera a los “Celeste” que fueron recordados con estas palabras: “Fue un sábado cuando el sol acariciaba los umbrales del verano en la cancha de Ferro, donde la ansiedad y la emoción se escapaban de adentro para afuera como se escapan las cosas hondamente sentidas. Como el sol, un grupo de hombres esperaba en los vestuarios para trasponer los umbrales de la gloria, para inscribir sus nombres y el de su divisa entre los grandes nombres del fútbol trenquelauquense. ¿Cómo decirlo? Era casi un estado de vigilia, la mirada fija contra el piso, el corazón golpeado fuerte el pecho y toda la fe y la esperanza apostadas a una concreción. Un barrio grande, populoso, humilde, acariciaba la alegría de ser campeones. Ellos también estaban pisando los umbrales de esa instancia que los hacía sentir mucho más protagonista que espectadores.

Ya no cabía lugar a las especulaciones, el equipo pisaba la raya blanca que marcaba el costado de la cancha, ya el movimiento de la pelota separaba los sueños de una estimulada realidad. Solo quedaba el grito, el incentivo para aquellos pibes que posibilitaron está presente alegría de alcanzar lo tantas veces postergado.

El poste negó la necesidad del desahogo para quebrar el obstinado cero cuando Lugones pateó el penal a los 31 minutos del tiempo complementario; igual faltaba poco para dejar correr las lágrimas del triunfo, para meter en el recuerdo como cosa propia un anhelo que estaba ahí, al alcance de la mano entre las cuatro esquinas de cal y los cuatro costados del corazón.

El estridente sonido del silbato autorizó todo júbilo contenido, ya se cristalizaron los sueños, ya nadie sentía la ansiedad, ya ¡Barrio Alegre era Campeón!

Era la compensación al mérito de un esfuerzo fecundo de un calificado núcleo, de una simbiosis de jugadores, dirigentes e hinchas, era el máximo resarcimiento a un Club que creía fervientemente que lo verdadero e importante nace del paulatino desarrollo de sus propias fuerzas, originadas en el permanente apoyo al progreso de sus divisiones inferiores, crisol forjador donde nacieron y crecieron futbolísticamente la totalidad de los integrantes del plantel”.

El plantel

Un total de 21 jugadores formaron parte del plantel, ellos fueron (entre paréntesis la cantidad de partidos jugados: Omar Ahumada (14), Héctor Guerrero (13), Hugo Bailón (5), Pedro Muñiz (13), Néstor Andrade (14), Oscar Mesa (11), Roberto Provenzano (11), Raúl Más (11), Jorge Neira (11), Norberto Lugones (13), Oscar Larroque (12), Jorge Cikora (12), Carlos D’amico (3), Alberto Calvo (3), Jorge Barella (5); César Urbaneja (1), Hugo Pereira (1), Jorge Fiorellini (1), Daniel Zanollo (1), Sergio Martini (1). Como arqueros suplentes actuaron Juan Cikora y Ricardo Maiza. Como colaboradores, preparadores técnicos y físicos trabajaron los señores marcos Villarreal, Tincho Irrazábal, Omar Pedretti y Julio Fogtman.

En el Torneo Oficial, jugó 10 partidos, con los siguientes resultados: venció en 6 oportunidades que fueron: contra Tres Llanas 1 a 0; a Atlético T. Lauquen 1 a 0 y 3 a 1; a las Guasquitas 3 a 1 y 1 a 0; a Atlético Pellegrini 4 a 0. Empató en tres oportunidades con: Tres Llantas 1 a 1; Atlético Pellegrini 1 a 1 y con ferro 1 a 1. Perdió con Ferro 5 a 0.

En el Petit, venció a Ferro 1 a 0; a Atlético T. Lauquen 4 a 2; a Huracán 4 a 1; y empató con Argentino 0 a 0. En total convirtió 25 goles y le convirtieron 13 goles.