El dolor de espalda persistente podría ser parte de una enfermedad reumatológica

Podría tratarse de una enfermedad inflamatoria llamada espondiloartritis axial y una detección temprana y un tratamiento precoz evita daños irreversibles.

El signo cardinal de la espondiloartritis axial es el dolor en la parte baja de la espalda (la región lumbar) por eso se llama lumbalgia pero de tipo inflamatorio. Este tipo de dolor característicamente se manifiesta con el reposo -durante la noche o después de estar sentado mucho tiempo- y alivia con la actividad y con el ejercicio y además suele acompañarse de rigidez. Afecta a adultos jóvenes de 45 años y suele ser crónico, es decir, tener una duración mayor a 3 meses.

Todos los años, el primer sábado de mayo se celebra el día mundial de la espondiloartritis axial (EspAax), con el objetivo de concientizar a la población sobre esta enfermedad y su impacto en las esferas física, mental y emocional en la vida de las personas.

La espondiloartritis axial provoca inflamación de las articulaciones sacroilíacas (entre el sacro y el hueso de la pelvis), entre las vértebras y también puede afectar otras articulaciones como caderas, rodillas y tobillos. Si esta enfermedad no es controlada adecuadamente, genera una osificación de los ligamentos paravertebrales y fusión de las articulaciones sacroilíacas con importantes implicancias en la movilidad de la columna que se conoce con el nombre de Espondilitis Anquilosante (EA).

Otros síntomas pueden incluir:

  • -Dolor, rigidez e inflamación en otras articulaciones;
  • -Dificultad para respirar por el dolor que ocasionan las articulaciones inflamadas que conectan las costillas afectadas;
  • -Cambios en la visión y dolor en los ojos. Esto se produce por inflamación de la úvea llamada uveítis;
  • -Cansancio extremo, fatiga;
  • -Pérdida del apetito y de peso;
  • -Erupciones cutáneas;
  • -Dolor abdominal y deposiciones líquidas. Ya que la espondiloartritis axial puede asociarse a enfermedad inflamatoria intestinal como colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn.

El lema del Día Mundial de la espondiloartritis axial de este año es “Signos y Síntomas”, propuesto por la Federación Internacional de la EspAax (ASIF, por sus siglas en inglés). El objetivo es centrarse en los signos y síntomas porque el reconocimiento y la comprensión tempranos de estos indicadores pueden mejorar significativamente la vida de las personas afectadas.

Una mayor concientización puede acelerar el diagnóstico, permitiendo una intervención y un tratamiento oportunos y una mejora en la calidad de vida de quienes viven con esta enfermedad. A través del lema de este año, se espera capacitar a las personas para que reconozcan síntomas potenciales, busquen atención médica temprana y fomenten una comunidad de apoyo que comprenda y aborde los desafíos de la enfermedad.

“Es muy común que se presente en adultos jóvenes (45 años), por este motivo todo paciente que sufra de dolor lumbar de tipo inflamatorio, que empeora con el reposo y mejora con el ejercicio y tenga una duración de más de tres meses debe consultar al médico reumatólogo; con el fin de lograr un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno”, comentó Emilce Schneeberger, Médica de planta de la Sección Reumatología del Instituto de Rehabilitación Psicofísica de CABA (MN 84464).

Diagnóstico

El tiempo promedio para el diagnóstico de la enfermedad solía ser de más de 7 años desde la aparición de los primeros síntomas. Afortunadamente, ese tiempo mejoró a la mitad: 3.5 años, gracias a la concientización de la enfermedad, según los datos de la Sección de Reumatología, del Instituto de Rehabilitación Psicofísica. La importancia del diagnóstico oportuno en la espondiloartritis axial radica en la necesidad del control de la actividad de la enfermedad, la asociación de la demora diagnóstica a un peor desenlace y la mayor respuesta a la terapia en pacientes con menor tiempo de evolución de la enfermedad.

Particularmente, las mujeres pueden tener mayor demora en el diagnóstico, ya que existe una falsa creencia de que la espondiloartritis axial afecta, principalmente, a los hombres.

¿Qué factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar la enfermedad?

  • -Antecedentes familiares.
  • -Background genético por la presencia del gen HLA-B27. En Argentina, por ejemplo, la frecuencia de B27 en pacientes con espondilitis anquilosante fue de 90.4% versus tan sólo de 5.2% en controles años[5].
  • -Edad. La mayoría de las personas presentan síntomas antes de los 45 años.
  • -Sexo. Los hombres tienen más probabilidad de presentar progresión radiográfica a espondilitis anquilosante.
  • -Otras afecciones. Las personas que tienen enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, psoriasis o uveítis pueden ser más propensas a desarrollar la enfermedad.

Un diagnóstico tardío demora el acceso a un tratamiento adecuado de la enfermedad e impacta notablemente en la calidad de vida de los pacientes. El 64% de las personas con espondiloartritis axial sufre de depresión y el 75% tiene dificultades para encontrar trabajo o más probabilidades de dejar de trabajar.

“Teniendo en cuenta que la mayoría de la población puede padecer de dolor de espalda en algún momento de su vida, hay algunas características del dolor asociadas a esta enfermedad que deben llamar la atención. El dolor de espalda de la espondiloartritis axial es de tipo inflamatorio, los pacientes son jóvenes, este dolor no deja dormir al paciente en la noche cuando está en reposo, mejora al practicar ejercicio y empeora con el reposo”, continuó Schneeberger.

El objetivo del tratamiento es maximizar la calidad de vida mediante el control de síntomas y signos de la enfermedad, preservando el daño estructural y la funcionalidad a largo plazo.

“El tratamiento de la espondiloartritis axial es escalonado según la intensidad de los síntomas y la respuesta del paciente. Es importante que estos pacientes cumplan con hábitos saludables como alimentación sana, buen control de peso, dejar de fumar y realizar ejercicio. La primera línea de tratamiento son los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) que no solamente alivian el dolor sino también tienen implicancia en el control de la actividad de la enfermedad. En caso de que la enfermedad no se controle, hay diferentes opciones terapéuticas con las que se pueden lograr una mejoría notable como agentes biológicos y sintéticos dirigidos. Hay una fuerte evidencia sobre la efectividad de estos medicamentos en el alivio de los síntomas, la disminución de la actividad, la detención del daño estructural y la mejoría de la capacidad funcional y la calidad de vida”, finalizó la profesional.