Decidieron adoptar a tres hermanas y su vida cambió para siempre, y de la mejor manera

Un hermoso testimonio de una familia de Trenque Lauquen

La Opinión dialogó con una pareja de la ciudad que hace cuatro años adoptó a tres niñas de diferentes edades. Ambos recordaron ese momento y dejaron un bello mensaje: “Hay un montón de personas y parejas solas que quieren formar una familia y, en el otro extremo, hay muchos chicos y chicas que necesitan de una familia. El secreto es acercar esos dos mundos”, afirmaron.

Hace algunos días, este diario publicó una entrevista a la Jueza de Familia del Juzgado 1 Departamental Trenque Lauquen, Dra. Florencia Marchesi, quien explicó las características del sistema de adopción y sus distintas etapas, muchas veces desconocidas por buena parte de la comunidad.

En esa nota, la letrada indicó que el mayor interés de las personas que tienen voluntad de adoptar está en el rango de edad que va de los 0 a 3 años, y que la mayoría de los niños y niñas que están en situación de adoptabilidad son mayores a 10 años.

Hoy La Opinión presenta una historia de una pareja de la ciudad que tomó la decisión, hace cuatro años, de adoptar a tres hermanas de diferentes edades. Una determinación que, sin dudas, es todo un ejemplo a seguir por quienes sueñan con una familia.

Este medio dialogó con los padres de las niñas quienes contaron cómo y por qué un día no dudaron en dar este paso que cambió sus vidas para siempre.

Agrandar la familia

“Hubo diferentes momentos en nuestra vida de pareja en los cuales la adopción fue una posibilidad de agrandar la familia, pero se concretó en 2019 cuando, por segunda vez, nos pusimos frente a una Convocatoria Pública. Ya nos habíamos interiorizado sobre qué significaba una Convocatoria Pública y nos anotamos un 20 de noviembre y el 27 de diciembre ya nuestra familia había crecido y estábamos con nuestras hijas en Trenque Lauquen”, comentó la madre de esta niñas antes de precisar que “esto muestra la diferencia entre una Convocatoria Pública y los procesos tradicionales de adopción en los que los papás expresan su voluntad de adoptar niños con ciertas características. En la Convocatoria Pública uno se inscribe ya diciendo ‘yo creo que puedo ser el papá de ese niño o de ese grupo de niños que están necesitando una familia’”.

Grupo de hermanas

En relación a cómo fue la experiencia de adopción, recordó que “algún integrante de la familia en este tiempo se ha referido a esta experiencia diciendo ‘es como si de golpe hubieses tenido trillizos’. Y para una que ya era mamá, quizás el paralelo tenga un poco que ver. Adoptar un grupo de hermanos tiene que ver con eso. De golpe, creció la familia y hay responsabilidades para cada uno de los chicos que se dan en simultáneo, hay que organizar el tiempo y hay que ponerse de acuerdo. Y, por otro lado, al ser un grupo de hermanos la circunstancia tiene el beneficio de que podemos hablar con ellos, sobre todo con los más grandes, conocernos, ir tomando decisiones entre todos e ir resolviendo las situaciones que se van generando, aunque no se diferencia demasiado de la experiencia familiar común”.

En este punto, su padre agregó: “No cambia en nada, nosotros ya teníamos dos hijos y es lo mismo. Este grupo de hermanos se conocen y uno va incorporándose a la vida de ellos y ellos a tu vida. Es una muy linda experiencia”.

“Como un cuento”

Consultados sobre cómo fueron los primeros momentos compartidos, no dudaron en expresar que “fueron como un cuento, siempre con finales felices porque uno hace el esfuerzo para que ellos estén bien y ellos también hacen el esfuerzo para que uno también esté contento. Y luego se empieza a formar la familia con las distintas personalidades de cada uno y con la capacidad de cada uno. Y para uno es un momento que se vive con mucha responsabilidad y compromiso porque toma conciencia de lo que significa en la vida de estos hijos. Porque uno viene a reponer aquello que no estaba. Y, además, tiene que atravesar ese momento que significa el ser elegido por los chicos”.

Y agregaron que “como en todas las familias hay crisis, pero también hay muchísimos momentos en los que uno se va dando cuenta de que ellas se sienten parte de uno y eso te va dando satisfacciones personales en las que sus planes te incluyen y tus planes las incluyen”. “Y uno ya ve que somos el uno para el otro”, manifestaron.

Un gran cambio

Ambos padres no dudan en afirmar que el cambio en sus vidas fue absoluto desde que llegaron las niñas. “Cambió nuestra rutina diaria. Nosotros, cuando ya estábamos solos como pareja, a veces nos encontrábamos para comer y a veces uno comía a las 12 y otro comía a las 3 de la tarde cuando llegaba de trabajar”, afirmaron.

En este sentido, destacaron que, una vez que llegaron las niñas fue “un gran cambio volver a hacer lo que ya habíamos dejado atrás como salir corriendo al médico porque a alguna le duele la panza o consolarla porque está triste”. “También con la comida, antes nosotros habríamos la heladera y comíamos lo que encontrábamos y luego, con tres niñas, ya tuvimos que tener la heladera y la alacena con reservas para lo que puedan necesitar”, añadieron.

Consulados sobre cómo han vivido y cómo viven esta experiencia las niñas, su madre afirma: “Entendemos que muy bien porque siguieron eligiéndonos siempre y cada vez que se les preguntó si querían que nosotros fuésemos sus papás dijeron que sí con alegría. Disfrutan de diferentes actividades en la ciudad, disfrutan de las actividades que eligen, de construir nuevas amistades, lazos familiares y sueñan futuros. Nos siguieron eligiendo cuando en diferentes momentos del proceso los niños pueden decir ‘no queremos a estos papás’”.

El futuro

Sobre el futuro, ambos coinciden en que los años venideros no traerán más que felicidad. “Me imagino el futuro con ellas felices pudiendo desarrollarse en lo que ellas quieran desarrollarse, me las imagino felices y que puedan transmitir esa felicidad. No pido otra cosa para ellas y vamos por buen camino. Me imagino un futuro en el que la idea de familia persista y en el que nos mantengamos unidos más allá de los caminos que cada uno elija y, por sobre todas las cosas, que encuentren aquello que las llena y las hace felices”, expresó su padre.

Sobre el final, dejaron el siguiente mensaje: “Hay un montón de personas y parejas solas que quieren formar una familia y, en el otro extremo, hay un montón de chicos y chicas que necesitan de padres que quieran formar una familia. Mi mensaje y mi orgullo sería que se puedan unir esas dos partes porque cada una de esas partes es deseosa de la otra. Lo que pasa es que muchas veces el nexo es muy difícil lograrlo. Adoptar chicos grandes tiene un momento de cosas hermosas porque ellos te enseñan mucho de lo que traen y uno les puede incorporar un montón de cosas suyas. A veces nos dicen ‘es igualita a la madre’ o ‘es igualita al padre’ y es por las formas de pararse, de expresarse que son parecidas a uno. Porque ellos te copian y en todo momento te observan y toman cosas tuyas”.

Por último, comentaron: “Que la gente se anime, es un proceso hermoso en el que si bien uno pone mucho para formar esa familia es mucho más lo que recibís que lo que se puede dar. Sólo se trata de animarse y buscar los apoyos necesarios para enfrentar todos los desafíos que implica formar una familia, porque no es ni más ni menos que eso: construir, más allá de las diferencias que uno pueda tener, un universo común. Es otra manera de ahijar, pero no es muy diferente, tiene los componentes que tiene formar una familia, sólo que hay que darse el permiso de conocer a otros y de escuchar, de repensar lo que uno hace y cómo lo hace y darle para adelante. Porque la idea de familia va más allá de un papá y una mamá, está basada en ese lazo a partir del cual uno abraza al otro y se obliga a estar en su vida para siempre”.